Digitalización y brecha generacional
Cuando hablamos de Digitalización le damos, normalmente, un
cariz mas basado en lo tecnológico que
en aspectos sociales o culturales. Nuevos dispositivos, aplicaciones que se
convierten en acompañantes cotidianas, tratamiento de datos….vivimos encima de
una ola cada vez más grande llamada tecnología y aceleración.
No es este el motivo del presente artículo sino el diferente
público objetivo que utiliza estas nuevas herramientas. Algo a considerar y que, en un principio,
generó una idea que se resumía en la denominada “brecha digital” y que viene a
decir que hay generaciones que no se
adaptan tan rápidamente a estos cambios como aquellas a las que también le
hemos puesto un nombre: “nativos digitales”
¿Y a cual pertenecemos?, pues no hay una fecha exacta. Entre
otras cosas porque hay personas que son mayores pero están perfectamente
integradas en este nuevo entorno digital. Si que parece haber consenso en que
aquellos que nacieron en los años 50 y hasta mediados de los 60 serían Baby
Boomers. Término que refleja la cantidad de nacimientos que hubo en aquellos
años. Por ejemplo; solo en España y en 1964 hubo 700.000 alumbramientos.
Para este colectivo el status, el trabajo, conseguir bienes
o el crecimiento dentro de una misma compañía parece ser comunes a todos ellos.
Además, en esa época se inicia el cambio de modelo de familia, incorporándose la
mujer al mercado laboral.
Esto último se acentúa en aquellos que nacieron entre
mediados de los 60 y finales de los 70. Esta generación, la que denominamos X, vivió la entrada de internet en los hogares
y vidas profesionales. Se han adaptado
muy rápida y fácilmente al cambio. Socialmente son estables y saben trabajar en
equipo.
Los 80 y finales de los 90 dan paso a los Millenials, una generación
que ya no concibe la vida sin tecnología. No tienen miedo a cambiar de trabajo
y toleran bastante bien el fracaso. Socialmente ven con normalidad las
diferentes tipologías familiares y sociales.
La generación que
está ahora en colegios e institutos, nacida en los albores del siglo XXI, y que denominamos Z vive dentro de la tecnología,
constantemente conectados. Son creativos y valoran aquellos trabajos que sean flexibles
y les permita hacer más cosas aparte de trabajar.
¿Esto nos afecta?, ¿afecta o afectará a nuestras compañías?
Por supuesto. En ambos casos.
En el caso de las generaciones pre-digitales deben adaptarse
a los cambios. Recordando a Darwin; “No son las especies más fuertes las que
sobreviven, ni tampoco las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor
al cambio”. Y en esto les va bien; los
baby boomers nunca quisieron imponer nada y a nivel social han conseguido
avances notables.
Aun mejor lo tienen los que componen la generación X, toda su vida ha sido una adaptación y han
transitado de lo analógico a lo digital con bastante naturalidad. Ahora están
sustituyendo a los baby boomers en las empresas y tienen en sus equipos a los
millenials, con lo que, habitualmente, conviven tres generaciones diferentes en
una misma empresa. Aunque actualmente el
escenario es de frecuentes prejubilaciones no hay que descartar, más bien al
contrario, un tiempo en que diferentes generaciones convivirán y trabajarán
juntas.
Los millienials - o generación Y- son auténticos ciudadanos
del mundo; bien formados -54% con título universitario- sin más frontera que internet y
permanentemente conectados (el 83% duerme con el móvil al lado).
Son también la generación que será la fuerza laboral y ocupará los puestos directivos en los próximos
años. En 2025 serán el 75% de las plantillas y les gusta que se les escuche,
sentirse importantes y participar en
proyectos que les apasionen.
Estos cambios provocan que la gestión de departamentos como
recursos humanos cambie, entre otras cosas porque el mundo ha avanzado en
una dirección en la que no hay retorno. Atraer el talento de personas inquietas,
impacientes y formadas, con una visión del mundo diferente de la estructura
actual debe provocar un cambio en la forma de reclutar, de trabajar y de retener. Porque para estos
nuevos trabajadores el proyecto, sentirse importantes, se valora más que una
trabajo fijo.
El nuevo analfabetismo ya no es no saber leer y escribir; es
vivir de espaldas a una realidad en la que gestionar los datos, la información y el conocimiento en un mundo tecnificado son la
base de la supervivencia empresarial.
Las direcciones deben predicar con el ejemplo y ser los
impulsores de todo el proceso de cambio digital e integración intergeneracional
. Dado que, por debajo de la organización, ya van por delante tanto en la adaptación de las herramientas y usos 2.0 como en cuestiones sociales.
©Ramón García Espeleta
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