Avanzando hacia los sistemas inteligentes de aprendizaje
Hace poco más de 25 años, algunos ciudadanos recibíamos impacientes un paquete para
realizar un curso a distancia. Dentro podíamos
encontrar desde un casete de audio, a un video en VHS e incluso –algunas
veces- un disco de vinilo.
Si bien los contenidos podían ser más o menos
aceptables, la bidireccionalidad; el poder
recibir feed back de los cursos, se resumía en una respuesta al cuestionario
enviado por correo ordinario (hablamos de un trozo de papel con una estampita
pegada delante) . Por supuesto exigían
mucha disciplina por parte del usuario y
la limitación tecnológica era, todo y
ser un concepto avanzado de formación para la época, evidente.
La llegada de internet posibilitó un espacio donde
acceder de manera mucho más rápida a la información. En sus inicios todavía
como un simple repositorio de materiales que se complementaba con el uso del
correo electrónico, algo –el uso del “mail electrónico”- que revolucionó las comunicaciones en las
empresas y que ahora poco menos que nos
lleva de cabeza.
Al mismo tiempo
la capacidad de almacenamiento se ha ido incrementando exponencialmente. De los
kilobytes a los zetabytes y de los discos flexibles a los servidores en cloud.
Un ejemplo; los datos que daba un avión
de pasajeros en los años 80 ocupaban 50 kilobytes
y ahora son, de media 500 Megabytes.
Algo así como si los 50€ de aquellos años ahora fueran 500.000€
Fueron las herramientas 2.0, con sus videos, foros,
wikis , etc… las que empujaron nuestro aprendizaje online a lo que ahora
conocemos, todo mucho más amable, cuidado y con un seguimiento que permite
saber que está haciendo el alumno en su aula.
Todo lo citado ya forma parte del pasado. El presente y
hacia donde caminamos se centra –a mi juicio -
en tres focos;
a) Por
un lado tenemos la personalización, la
mejora de la percepción de calidad por parte del usuario. Si hablamos de
experiencia cliente en el ámbito comercial, algo parecido ocurre con el
e-learning. Esto lleva aparejado una
mejora de contenidos, más elaborados y de alta calidad.
b) En segundo
lugar tenemos la monitorización de los datos que transitan por la plataforma.
Es necesario saber qué está pasando, de qué se está hablando, qué interesa a
nuestro cliente interno. Y no sólo a
través de lo que indiquen las encuestas de satisfacción –algo subjetivo-
sino a través de los datos que podemos
extraer y que debemos cruzar con otros para tener conclusiones precisas.
c) En
tercer lugar, y como algo necesario para realizar lo anterior, debemos estar al
tanto de lo que nos ofrece la tecnología; sus arquitecturas, sus capacidades y
también sus limitaciones. En nuestro
caso debemos tener muy en cuenta que estamos en un territorio que, ahora mismo,
es más parecido al lejano oeste que a
otros escenarios. No existen normas que regulen claramente el tráfico de
información, todo crece muy rápido y cada vez hay más forajidos.
En este artículo me gustaría centrarme en el segundo
aspecto; la monitorización de datos. Entre otras cosas porque cada vez más
debemos entender el aprendizaje como
algo global, donde formal e informal se entrelazan y ofrecen, de una parte ,
diferentes canales para el usuario pero
a la vez nos suministran cada vez más datos susceptibles de ser
utilizados en una mejora continua de la experiencia formativa.
Esto último es la clave; ahora la experiencia de aprendizaje proviene
de distintas fuentes y todas ellas deben ser conocidas y parametrizadas para
obtener conclusiones certeras. Es cierto que existen plataformas de aprendizaje fantásticas como Virtaula
pero no podemos olvidar que, en estos momentos, la formación se hace de otras muchas formas –a veces ajenas a los
canales corporativos de las empresas- y
tenerlas en cuenta, conocerlas y aprovecharlas son fundamentales para,
por un lado, ir modificando el rumbo
de la citada plataforma pero, y
esto es más importantes, para adaptarse a las necesidades de la
organización y de nuestros empleados.
Pongamos algunos ejemplos:
- Interacción con otro tipo de servicios web Gamificación
de contenidos
- Existencia de apps móviles y aplicaciones en
nuestro día a día
- Desarrollo de entornos responsive que se
adecuen a los dispositivos
- Opiniones y creación de contenidos en canales y redes sociales
- Desarrollo
de técnicas como la realidad aumentada
- Creación de entornos virtaules 3D donde se
recrean situaciones reales
- Análisis de las aportaciones informales
Son algunas muestras de todo lo que envuelve al usuario en su día a
día, muchas veces de manera inconsciente. Todo ello debe
ser tenido en cuenta mediante protocolos de comunicación que sumen toda la
información y permita una base de datos suficiente para que las preguntas que
le realizamos tengan la respuesta adecuada.
Pongamos un ejemplo;
actualmente utilizamos el
estándar Scorm, que mide el progreso de
un empleado ante un contenido concreto. En los próximos años veremos la
aparición de protocolos basados en TinCan API , al que ya estamos llamando Experience
API y que permitirá sumar a lo que ya
estamos conociendo nuevos imputs como
preferencias de visualización o cruzarlo con las horas preferidas por el
usario, entre otras opciones. Y todo de manera automatizada.
Otro ejemplo; es conocido el caso de una cadena de
supermercados americana que felicitó por anticipado a una futura mama que desconocía
que lo fuera a ser. Y lo supo por el cruce de diversas informaciones; hábitos
alimenticios, tipo de compra, edad, etc…
Más información, más contenidos, más datos, todo ello
genera un auténtico banco de conocimiento que requiere de una gestión
adecuada. Los datos en bruto deben
ser tratados y analizados por sistemas de Big Data.
Los pasos básicos de cualquier proceso de Big Data son:
- Extracción de datos
- Canalización
- Almacenamiento
- Análisis
- Visualización de resultados
El desarrollo de algoritmos predictivos permitirá ofrecer contenidos de una manera
mucho más personalizada y generará cuadros de mando con la información necesaria para una experiencia
formativa exitosa. Decía Galileo “"Mide
lo que se pueda medir; y lo que no, hazlo medible.". Creo que es una frase muy visionaria de lo
que estamos viviendo en estos momentos.
La identificación
de tendencias, el diseño inteligente de los itinerarios y la automatización de
los recursos permitirá una mejora en los ratios de rendimiento que podremos conocer mediante una evaluación
inteligente que nos permitirá detectar necesidades y/o carencias.
Pero además, el tratamiento de los datos mediante
procesos de big data permitirá medir el impacto en acciones formativas hasta ahora bastante complejas de medir –como
un coaching- o diseñar sistemas para la
detección precoz del talento, por no
hablar de la posibilidad de calcular el
absentismo o clima laboral en cualquier organización.
En resumen, las plataformas de e-learning buscan tener
el mayor número de información sobre el uso que hacen sus usuarios de los
contenidos no sólo de aquellos que están presentes en la misma sino del uso que
hacen de otros elementos externos. Queremos conocer sus gustos, sus necesidades
, ofrecer aquello que es relevante y útil de la manera más atractiva posible. Y
todo para darle aquello que es cada vez más escaso y sabemos que es lo más
precioso; el tiempo.
©Ramón García Espeleta
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