El neuroaprendizaje. La nueva frontera
Algo está fallando en el modelo actual de aprendizaje, tenemos una juventud con un alto nivel de conocimientos que suspende en algo tan clave para el crecimiento personal (y por extensión de la sociedad) como es la inteligencia emocional. Siendo los recortes en educación una parte importante de estas carencias, es innegable que nos encontramos en la era de la información digital en la que todo es accesible a cualquier hora y desde cualquier dispositivo. Ciertamente no se trata de cantidad de información, aunque sí debería discriminarse y ser más rigurosos con la misma. Y aquí entraría una formación de base de la que no se tiene constancia en ningún plan formativo de la formación formal y reglada desde primaria a universitaria. Por tanto debemos ir a los orígenes, el ser humano aprende mejor y más rápido aquellas cosas que le son relevantes e interesantes. Esto parece evidente y sin embargo; ¿tenemos en cuenta esta variable a la hora de confeccionar los diferentes itinerarios escolares?. Creo que todos sabemos la respuesta; creamos unos contenidos que procuramos sean atractivos –para nosotros- que tengan un buen diseño y, ser posible, muchos”fuegos artificiales”. Nos preocupa más la tecnología que da soporte a la formación o el propio recurso antes que estudiar el objeto de la misma; la personal. Desde hace algunos años están surgiendo términos como “dopamina”, “estímulos sensoriales” o incluso “neuronas espejo” asociados normalmente al ámbito clínico y la neurología. Y sin embargo están desarrollando aspectos fundamentales en la función cognitiva de nuestros discentes. En un interesante artículo* la doctora californiana Judy Willis comentaba que, cuando la información llega al cerebro puede dirigirse al cerebro pensante o al cerebro reactivo. Si tenemos en cuenta que el 83% de nuestro cerebro es cerebro reactivo –y por tanto reacciona por instinto y no por pensamiento- y el resto pensante, convendremos la importancia de conocer donde se aloja la información que recibe. Mucho de este enrutamiento depende de nuestro estado emocional , si el tema nos interesa y no estamos en situación de estrés la información se deriva al cerebro pensante lo que mejora el éxito de la acción formativa. Para ello deberíamos explorar más el sistema límbico que es el que gestiona nuestras emociones. Todo un nuevo mundo por explorar que está esperando nuevos colonos, con mente abierta y con un deseo claro de hacer del aprendizaje lo que siempre debería ser; una experiencia gratificante. Termino con una frase de Leslie Hart que resume lo anterior “Enseñar sin saber cómo funciona el cerebro es como querer diseñar un guante sin nunca haber visto una mano” ©Ramón García Espeleta *Willis, J. “A Brain Owner’s Manual” December 2009—January 2010 issue Formerly titled: How to Teach Students About the Brain and pdf What You Should Know About Your Brain Educational Leadership Volume 67/ Number 4. Artículo completo: http://www.ascd.org/ASCD/pdf/journals/ed_lead/el200912_willis.pdf
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